NO HAY NADA IMPOSIBLE

martes, 1 de febrero de 2011



¿Quién dijo que era imposible? Todos. Y quien diga lo contrario miente. ¿Cuántas veces has comenzado una dieta y te has quedado a mitad de camino? Porque lo que te proponen es insípido, no tiene gracia, sin sabor, sin color... ¡Donde esté un buen cocido leonés que se quite el pescado al vapor o las verduras cocidas!


Pero quien algo quiere, algo le cuesta.

Yo no pretendo ser profeta entre los necios y no cuento con un diploma médico para que lo que yo publique lo sigáis al pie de la letra, puesto que cada cuerpo es diferente y las necesidades o condiciones de partida de cada persona cuando se enfrenta a los kilos de más que marcan la báscula. Pero de algo sí estoy seguro, adelgazar cuesta, un huevo, y las pociones mágicas no existen. Tampoco las dietas milagrosas. Sí, todo lo que tú quieras, puedes adelgazar 4 kilos en una semana a base de manzanas y espárragos o alcachofas y guisantes, pero lo que pierdas lo vas a recuperar a la vuelta de la esquina. Todavía no he visto a nadie que me asegure que ha mantenido su peso después de hacer una de esas dietas milagrosas.

Yo ya me cansé y, como prueba de que quiero llegar hasta el final, he decidido publicarlo, hacer registro público de mi día a día. Sé que no va a ser sencillo, todavía me faltan 20 kilos para llegar a mi objetivo, pero sin sudor no hay recompensa.

Iré añadiendo mis comidas diarias, así como los ejercicios que voy haciendo en el gimnasio. Siempre me dijeron que la una sin la otra puede funcionar pero combinadas tienen mejores efectos y prueba de ello son los 7 kilos que dejé en el 2010. Pero ha llegado la hora de ponerse serio porque llegados aquí no me gustaría estancarse como ha hecho la báscula desde hace unas semanas.

Impossible is nothing!

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